REFORMA ELECTORAL. Después de ocho meses de trabajo, la subcomisión encargada de elaborar la reforma electoral, espera que el día 16 de mayo la Comisión de Constitución pueda empezar el debate del proyecto sobre dicho tema. No ha sido una tarea sencilla, sobre todo cuando recién hace una semana el Ejecutivo decidió presentar su propuesta, medida que no cayó muy bien, si se tiene en cuenta de que el grupo esperaba terminar de consolidar un proyecto esta semana y las fechas han tenido que extenderse. Los debates, incluso, han mostrado que no existe una adecuada coordinación entre el Ejecutivo y su bancada, pues su representante en la subcomisión, Gilbert Violeta, no ha defendido las propuestas oficialistas.

El objetivo de esta reforma debe ser mejorar el sistema electoral, para lograrlo, mientras más límites y controles existan en la financiación de las campañas electorales, mejor. La propuesta del Congreso, que es más integral, plantea prohibir los aportes de empresas –siguiendo el ejemplo de Canadá y Brasil–, puesto que así se evitaría tener que “pagar favores”; y que cualquier contribución superior a 1 UIT tenga que estar bancarizada, además establece una escala de sanciones, entre otras medidas.

La propuesta del Ejecutivo contiene muchos de los planteamientos del Congreso, pero incluye algunos aspectos discutibles como la reducción del número de firmas para la inscripción de una agrupación, que ayer, sin embargo, rechazó la Comisión de Constitución. También propone levantar el secreto bancario de los candidatos, que si bien para algunos sería una herramienta de disuasión eficaz y reduciría el uso del lavado de activos en las elecciones, para otros es una forma de iniciar el proceso calificándolos de sospechosos sin que exista ninguna razón para ello.

Todavía quedará tiempo para discutir estos temas cuando se inicie el debate al interior de la Comisión de Constitución. Si bien el horizonte inmediato son las elecciones regionales y municipales del próximo año, quizá una reforma seria implique tomarse más tiempo y estar listos para que puedan ser aplicadas en las elecciones generales del 2021. Lograr una buena reforma electoral podría ser el mejor legado de este Congreso.