(AFP) La oposición exhortó a los militares a cesar la “represión” en Venezuela y retirar su apoyo al presidente Nicolás Maduro, que tiene en ellos su principal sostén.
Los opositores salieron masivamente a las calles este viernes, cuando se cumplen 56 días de protestas que dejan 58 muertos, en su mayoría jóvenes, para llegar hasta Los Próceres, zona militar de Caracas, donde se ubica la sede del Ministerio de la Defensa.
Pero la militarizada Guardia Nacional y la Policía impidieron con gases lacrimógenos y chorros de agua que los manifestantes, varios cientos, pero mucho menos que en días anteriores, pudieran avanzar, constató un equipo de la AFP.
Otras movilizaciones tuvieron lugar en ciudades del interior, como Maracaibo (oeste).
Esta protesta es “para exigirle a la Fuerza Armada que baje sus armas y no sea cómplice de la dictadura”, afirmó Freddy Guevara, vicepresidente del Parlamento, único poder que controla la oposición.
Guevara llamó a los militares a rechazar la Asamblea Constituyente convocada por Maduro, que a su juicio “liquidará la democracia venezolana para siempre”.
No más dictadura
“Siempre estoy aquí para que haya un cambio en este país, hasta que sea necesario, hasta que nazca la democracia”, declaró a la AFP Francisco García, artista plástico, de unos 40 años, durante la protesta.
Un hombre de 33 años que había resultado herido la noche del jueves durante una protesta en Cabudare (estado Lara, oeste) falleció este viernes, elevando a 58 el balance de muertos.
Varias personas sufrieron igualmente heridas este viernes en la capital, entre ellos el diputado opositor Carlos Paparoni, impactado en una pierna con un objeto contundente.
A la oposición se unió un grupo de unos 40 militares retirados, quienes denunciaron los “atropellos” de la Fuerza Armada contra los manifestantes.
Además indicaron que rechazaron la Constituyente, que -según ellos- quiere introducir “un régimen comunista”, a través de una carta al ministro de Defensa y jefe de la Fuerza Armada, Vladimir Padrino López.
La fiscal general, Luisa Ortega, responsabilizó esta semana a la Guardia Nacional por la muerte de un joven y por más de 500 heridos durante las protestas.
Recomponer el Estado
El gobierno y el poder electoral -acusado de servir a Maduro- pisaron el acelerador esta semana para activar la Constituyente, cuya elección prevén para julio.
El ministro Elías Jaua, jefe de una comisión que impulsa el proyecto, defendió la iniciativa como una forma de “recomponer el Estado y rescatarlo de los terroristas”.
En el centro de Caracas, chavistas con pancartas que decían “Sí a la Constituyente” marcharon hasta el Palacio presidencial de Miraflores.
“Nos encontramos movilizados en apoyo a una Constituyente de la paz y del futuro”, señaló Kennedy Morales, dirigente estudiantil de 24 años.
La propuesta es rechazada por la oposición, al esgrimir que lo único que busca Maduro es eludir las elecciones generales que exige para sacarlo del poder.
La oposición y varios analistas advierten además que el sistema de elección de la Constituyente -al que tildan de fraudulento- niega la votación universal e involucrará solamente a bases sectoriales afines al chavismo.
Se prevé que la Asamblea tenga 545 constituyentes, de los cuales la tercera parte saldrá de votaciones por sectores sociales como trabajadores, indígenas o campesinos. Pero cada candidato debe recibir la luz verde del Consejo Nacional Electoral.
Las protestas se multiplican en medio de una severa crisis económica, con una inflación estimada en 720% por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para el 2017 y una escasez crónica de alimentos básicos y medicinas.
Una situación que minó la popularidad de Maduro, cuya gestión rechazan siete de cada diez venezolanos, según encuestas privadas.