El 30 de marzo del 2005 es imborrable en los corazones blanquirrojos. Ese día, el Perú enfrentó a Ecuador por la fecha 13 de las eliminatorias al Mundial Alemania 2006. En la parte final del partido, el score marcaba 2-2. Un gol más abría la chance de apuntarnos en la zona de clasificación de la tabla de posiciones.

A los 88’, Andrés Mendoza –quien ingresó al campo tres minutos antes– recibió un centro de Roberto Palacios: el ‘Cóndor’ superó al arquero, se quedó solo frente al arco rival, intentó patear la pelota con el pie izquierdo… y falló el gol.

Doce años después, el mismo hombre(retirado del fútbol y con 38 años) ofreció disculpas a más de 30 millones de peruanos en el nuevo comercial de Entel. “Qué malo”, se lamenta en el spot y fuera de él. Doce años después, confiesa que esa anotación fallida caló hondo en su vida. “Me quedé solo frente al arco. Quería asegurar la pelota con la zurda, pero dio un bote y no la agarré. Me sentí muy mal. No era mi intención fallarla. La gente dice ‘hasta yo podía hacerlo’, pero no es así, no es fácil”, señala.

Desde entonces, asegura que buscó la forma de disculparse con el país, de explicarles que su risa tras el error fue producto de los nervios, y no sinónimo de felicidad. Sin embargo, nunca encontró la manera de ser escuchado.
“Yo quería disculparme con la gente, pero no sabía cómo. Por eso, cuando llegó la propuesta para tratar el tema en un comercial, me alegré”, dice.

Disculpas en acción
Mendoza se califica a sí mismo como tímido. Por eso, le costó mucho ser imagen de un spot de 40 segundos. Y es que, junto a McCann (ver vinculada) y la casa realizadora 7 Samurai, fue grabado unas diez horas, entre las 10 a.m. y 8 p.m., en promedio.

“Había unas 20 personas en el equipo de grabación. Fue difícil porque este fue mi primer comercial y quería que la gente quedara contenta con el resultado. Y esto se vio así en la calle. Se reivindicó mi imagen”, añade.

Doce años después de aquel error (y dos después de su retiro del fútbol), los peruanos citan el nombre de Andrés Mendoza con humor.

Incluso, si se lo cruzan en la calle, le piden disculpas personalizadas: “Ahora todo es un tema gracioso. La gente me da su número para que me disculpe directamente”. Hoy, la imagen del ‘Cóndor’ vuela alto.