FOTOGALERÍA
- Estás en
- Portada
- Tendencias
Huacachina, el único oasis que no es un espejismo
FOTOGALERÍA. Cuando perú aún era una tierra libre de conquistas, una hermosa doncella llamada huacay china se enamoró de un joven guerrero. Se casaron, pero él tuvo que marcharse a la guerra, llegando poco después una carta que anunciaba su muerte a su amada. Así comienza la leyenda que, se cuenta, dio lugar a huacachina,
¿Por dónde íbamos? Ah, sí: la desdichada huacay china llora la ausencia de su amado e intenta consolarse caminando cada noche desde tacaraca hasta la mitad del desierto, donde se interna para llorar su amor perdido entonando tristes canciones bajo la luna. Una noche, un cazador, atraído por sus hermosos cantos, se acerca a observarla. Huacay, alertada por el ruido, saca su espejo de mano para descubrir una silueta tras ella, y al verla, se asusta y sale corriendo. Entonces, sus blancos vestidos caen al engancharse con sus propios pasos, y así se forman las bellas dunas de la zona; el espejo también se precipita contra el suelo, dando lugar a una hermosa laguna. En ella cae la doncella, convertida ahora en sirena.