Mariana de Althaus: “Aún hacemos un teatro muy comercial o muy conservador”

La escritora y directora se confiesa obsesiva a la hora de hacer su trabajo. Considera que todavía falta profesionalizar más el teatro y mirar hacia otras partes.

Mariana de Althaus ha escrito alrededor de 16 obras y ha dirigido 13 de ellas. Acaba de poner sobre las tablas “Pájaro en llamas”, un testimonial en la que trata sobre el duelo y la pérdida.
Su primera relación con las tablas fue a través de la actuación, pero su timidez y su rechazo a la autoridad le hicieron caer en cuenta que no era lo suyo. Así es que se volcó a la dirección.

¿Desde cuándo se dedica a la dirección?
Soy pésima con las cifras. Empecé a actuar en el 94, pero en el 98 ya empecé a escribir y en el 2003 a dirigir.

Admite ser tímida, ¿cómo hace entonces para lidiar con los actores y sus egos?
Es supercomplicado. Pero siempre he sido consciente de mis limitaciones como directora. Cuando empecé no me daba cuenta de eso, nunca me ha gustado que me digan qué hacer, tener un jefe, y tengo problemas con la autoridad.

Curioso, pues en este caso la autoridad es usted.
Al ser directora tienes una carga de responsabilidad, todos esperan que tú resuelvas las cosas, que des la última palabra, no puedes mostrar tu vulnerabilidad, tu histeria, tu fragilidad, debes de tratar todo el tiempo de mantener cierta entereza, y eso no es sencillo. Además, los directores solemos ser superinseguros. Pero es allí donde nos ponemos a prueba.

Menciona mucho el hecho de ser mujer, ¿es machista el mundo del teatro?
Sí. No existe en el mundo donde no aparezca ese factor, pero de manera sutil, nunca ningún un hombre me ha dicho algo, pero sí he sentido que he tenido que hacer el doble de esfuerzo para que el grupo me respete y generar mecanismos anexos para ganar el respeto sobre todo de los actores hombres.

Siempre pensé que el mundo del teatro era más abierto…
Es verdad que el teatro es un medio más solidario, más abierto, no está tan contaminado por el machismo u homofobia, no me quejo de eso, pero soy consciente que a los hombres les cuesta que una mujer les dé órdenes.

¿Suele cambiar mucho sus obras en el camino y con los aportes de los actores?
Para mí eso es lo maravilloso del teatro, esa comunicación entre el dramaturgo y los actores, por eso es tan importante la elección de los actores, por supuesto que es delicado pues no se puede perder la perspectiva.

¿A veces enfrenta resistencias de los actores?
A veces los actores te dicen “eso no”, pero les digo “veamos si funciona”. Lo lindo es cuando entre ambos hay confianza y se escuchan todas las opciones y se ponen a prueba, al final quien tiene la razón es el escenario, hay que saber leerlo, saber cuándo la verdad está allí y cuándo no lo está.

¿Cuando ve que el público no reacciona corrige la obra pese a haberla estrenado?
Sí. Soy un poco obsesiva y me alegra serlo, aunque mis actores lo odien, pero al final lo agradecen. Voy a casi todas las funciones que puedo y tomo notas. Y cuando el público no engancha, no tiene la reacción que quisiera, los hago ensayar, siempre les mando notas. Hasta el ultimo día de función hago cambios.

Ahora vemos las salas llenas, así como un menú más amplio de obras. ¿Todas funcionan?
No, son cuatro o cinco teatros lo que suelen tener salas llenas, en el resto no pasa. Ahora, es verdad que en relación con los años noventa es maravilloso. De cada cartelera diría que hay máximo cuatro o cinco salas llenas, el resto está peleándose los espectadores.

¿Pero estamos por buen camino?
Es verdad que estamos mucho mejor,pero recién estamos empezando si lo comparamos con otros países latinoamericanos, tenemos que profesionalizarnos, mirar más teatro de otras partes. Aún hacemos teatro muy comercial o muy conservador, Pero ahora hay directores nuevos, también tienen que ver con políticas culturales.

En el cine la demanda de actores ha crecido así como ha mejorado la oferta de sueldos. ¿Lo mismo ocurre con el teatro?
Claro, cuando yo actuaba no existía la figura de pagar ensayos, ahora en los teatros que hacen producción, en los más importantes, es imposible que no se pague los ensayos.

TAGS: cultura, teatro, arte

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