Pamela Romero Wilson
Economista y experta en moda
Hay un código de vestimenta implícito en el mundo corporativo de Lima. ¿Alguna vez ha visto a un jefe dar sugerencias o indicaciones en relación a la forma de vestir de sus empleados?
Sí. Algunas compañías clientes de Overall tienen mucho personal desplazado y nos llaman para hacer observaciones sobre la seriedad de la vestimenta de sus trabajadores. Hemos tenido que hacerlo.
¿Cuál ha sido la respuesta?
Generalmente nos dicen que no saben cómo vestirse y en muchos casos solicitan ayuda para hacerlo. Esto pasa mucho en personal que trabaja en productos de belleza, tintes o maquillaje, por ejemplo. No se pueden vender artículos de belleza si el vendedor no está involucrado en lo que vende.
¿La forma de vestirse en el mundo corporativo depende del rubro?
Creo que depende de las circunstancias y te tienes que acomodar a ellas. Lo ideal es no vestirse con nada que llame la atención de los demás a un aspecto secundario. Lo principal es que se comunique que uno ha ido a trabajar y que le importa su trabajo.
¿Cree que los diseños de los uniformes han ido cambiando con el tiempo?
Sí. Ahora las empresas y empleados prefieren un look más natural o más suelto. Nos piden opciones “de moda”, pero lo que en realidad quieren es una propuesta fresca como una casaca y no tan rígida como un sastre.
¿Cuál es el principal fin de quienes aún mantienen a sus empleados uniformados?
Lo que se busca es la homogeneidad y tratamos de ver que el diseño sea fácil de acomodar a muchos tipos de cuerpo.
¿Alguna vez vio truncarse un ascenso por la vestimenta que se usaba no reflejaba los valores de la compañía?
Cuando hacemos una evaluación para promover a alguien en Overall mandamos nuestros finalistas al cliente. Nos pasó que ya en la última ronda nos llaman a decir “no nos gusta cómo se viste”, y si es un candidato fuerte ya va con puntos menos.
¿Pero la vestimenta no es un factor determinante para ser promovido?
No, no es determinante, pero es parte de.
¿Qué es estar bien vestido?
Lo importante es que nos quitemos de la cabeza que solo las grandes marcas nos pueden asegurar estar bien vestidos. En el mundo corporativo lo importa nte es no tener escotes profundos, cuidar el ribete del vestido, evitar los pantalones muy ajustados y las blusas transparentes.
Hay compañías que usan los ascensores de los edificios para colocar referencias al vestir. ¿Qué opina de esto?
Es una buena técnica ponerlo en espacios públicos, porque se adhiere a la cultura de la empresa sin señalar a una persona u otra. Son formas indirectas, pero muy efectivas.
¿Alguna vez le ha quitado el sueño saber qué ponerse?
Normalmente no tengo ese tipo de situaciones porque me preparo y tengo opciones a mano para cada ocasión formal, ya sean eventos o mi día a día.
Aunque el negro es el aliado principal, algunos dicen que es bueno sorprender con tenidas de colores muy femeninos en reuniones. ¿Qué opina?
Es difícil saber. ¡Me gusta mucho el rojo, siento que me da energía para trabajar! Una vez había planeado ir a un evento luego de la oficina y usé mi vestido rojo de color entero para visitar a un cliente esa tarde. Apenas se abrió el ascensor me dijo: “¡Asu, rojo, qué bien te queda!”. La reunión salió muy bien, pero me quede con la duda de si fue un comentario alentador a que lo siga haciendo o de sorpresa para que no se vuelva a repetir.
¿Usted cree que las ejecutivas que se visten bien en Lima son aquellas que tratan de masculinizar sus looks?
Es verdad que muchas usan plomo, negro o azul marino, pero muchas saben lograr mantener su poder femenino en esos colores. Hace poco en un congreso de recursos humanos vi mujeres muy cómodas con sus looks en toda la gama de colores posible.
¿Cuáles son sus piezas favoritas en el clóset?
Tengo un sastre con mangas anchas estilo abombachadas que funciona muy bien en exposiciones. Además las blusas de seda y un par de pantalones anchos que compré en Inglaterra.
¿Cómo es su relación personal con la moda?
En Lima voy mucho a Isidra o Malika. Ahora estoy encantada también con la ropa de Paola Gamero, es mucho mi estilo. Además, cada vez que tengo la oportunidad de viajar a Europa aprovecho para salir de compras.