La industria farmacéutica peruana retrocedió 28% de valor agregado en tres años, dada la menor producción nacional, aseguró el presidente de la Asociación de Industrias Farmacéuticas Nacionales (Adifan), José Enrique Silva .
Sobre la variación reciente de precios de los medicamentos, comentó que cuando llegan productos de afuera están más expuestos a los vaivenes del tipo de cambio, además de cambiarse las prescripciones.
“Empiezan a prescribirse productos llamados de ‘última generación’, los cuales son a veces maquillajes moleculares para incrementar sus precios dos, tres, cuatro o cinco veces. El problema es que los enfermos son los mismos y suelen cambiarles por el producto más caro y no necesariamente más efectivo”, afirmó.
Estimó que el efecto de la diferencia de cambio seguiría afectando la variable precio en el caso de las importaciones. Sobre quién se lleva el margen, “la especulación, principalmente” afirmó.
Competencia
Sobre el efecto de la competencia en beneficio del consumidor, mencionó que en el país no se da total competencia porque el sistema peruano es de patentes por exclusión.
“Si yo lo tengo patentado nadie más lo puede ingresar, ni aquél que pueda hacerlo con mejor procedimiento ni más barato, así se pague un royalty”, explicó al programa radial Pulso Empresarial.
Silva consideró que la mayoría de los productos farmacéuticos importados son buenos, incluidos los biosimilares, pero “han hecho de todo para impedir que entre la competencia”.
“Incluso han aparecido jueces reemplazando la labor de funcionarios públicos en salud prohibiendo a la autoridad de medicamentos el poder otorgar registros sanitarios y obligándose a las instituciones y a los enfermos a adquirir solo los medicamentos más caros, cuando pudo haberse adquirido el producto más económico, con acciones de amparo para evitar la competencia”, dijo.