La famosa “ley” del derecho de piso

Aunque se ve como algo positivo para la formación de un profesional, también puede desanimar al talento millennial e incrementar la rotación de personal.

Un asistente lo busca para comentarle que su jefe, quien es uno de sus reportes directos, le ha encargado labores que, a su juicio, están muy por debajo de su nivel y le pide que le asignen tareas a la altura de sus capacidades.

Usted recuerda que en su primer trabajo usted mismo sacaba fotocopias, participaba en labores muy operativas y hasta hacía encargos de ir a despachar cosas a otras áreas. ¡Cómo cambian los tiempos! Ahora los jóvenes profesionales suelen decirnos cosas como “me he esforzado mucho para terminar mi carrera en una buena universidad y no he venido aquí para hacer trabajos repetitivos”.

¿No se tiene ya que pagar un “derecho de piso”? Se suele ver como positivo para la formación de un profesional el empezar “pagando derecho de piso” en cualquier empleo, muchas veces realizando labores simples y altamente monótonas, como es el caso de hacer conteos, verificaciones o gestionar procesos muy simples.

Antes era más fácil que un profesional acepte hacer dichas labores, pero los “millennials”, que son los nacidos entre 1980 y 1994, suelen tener mucho cuidado al escoger sus trabajos, y ante el más mínimo fastidio, no tendrán problemas en renunciar.

En un estudio de KRC Research del 2014, se encuestó a más de 1,000 reclutadores de empresas en EE.UU. Y el 70% manifestó que su empresa tiene problemas para manejar a su generación más joven de profesionales.

Entre los motivos, identificaron una falta de cultura del trabajo y que no están dispuestos a pagar el derecho de piso, como sí lo hacían generaciones previas.

Nuevos tiempos
El mercado laboral ha evolucionado, pues con mejores sueldos y más empleo versus hace 20 años, la oferta de trabajos más atractivos para profesionales con poca o nula experiencia es mucho mayor.

Hay que tener en cuenta que los millennials tienen una manera diferente de pensar, lo que explica por qué rechazan la educación tradicional, prefieren aprender de forma práctica asuntos cada vez más concretos, cuestionan más las cosas que lo jóvenes de antes, sin dar nada por sentado, y los motiva mucho el poder dar rienda suelta a su creatividad.

Estos colaboradores no buscan un empleo donde puedan estar muchísimos años, pues no es para ellos un incentivo el quedarse en una sola empresa.

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