“El primer paso para corregir sus defectos es aceptándolos”. Así lo afirma un artículo de la revista Forbes, dedicado a orientar a quienes buscan empleo y que, tal vez, no se explican el porqué de su infructuosa búsqueda.
Desde la postura corporal hasta el contacto visual, todos tenemos ciertos “hábitos” que pueden resultar desagradables frente a nuestros futuros empleadores. Aquí, algunas recomendaciones para evitarlos:
Postura corporal
Inclinarse hacia el respaldo del asiento sugiere aburrimiento o falta de interés, según Karen Friedman, autora de “Cállese y diga algo: estrategias de comunicación en negocios”.
Inclinarse hacia el frente puede ser tan problemático como la postura contraria, ya que puede percibirse como amenazante. “No abrume a su entrevistador inclinándose muy cerca de su escritorio”, advierte Amanda Augustine, especialista de TheLadders.com
La mejor opción, entonces, es mantener la clásica postura de “sentarse derecho”. Es la posición más simple, pero la cantidad de personas que lo ignoran es más que sorprendente.
Ademanes cortantes
“Los movimientos que parecen de karate pueden hacer un corte psicológico agresivo en el espacio que usted y su entrevistador comparten”, dijo Cynthia Burnham, coach de carisma, a la revista Forbes. Una de sus variaciones es señalar con el dedo, que se interpreta usualmente como un movimiento violento en varias culturas.
Posición de las manos
“Si las deja en sus bolsillos, las coloca detrás de su espalda o cruz los brazos frente a su pecho, también corre el riesgo de parecer muy severo o inflexible”, aseguró Friedman. La experta recomiendo dejar sus manos libres frente a usted, listas para hacer gestos naturalmente.
Contaco visual
Estos son los más difíciles de controlar. Matt Eventoff, experto en oratoria, aseguró que el secreto para una comunicación exitosa en una entrevista laboral está en los ojos. Para ello, se debe evitar las miradas fijas.
“Rompemos el contacto visual cuando sentimos que estamos empezando a conectarnos”, dijo Burnham al respecto. “La próxima vez que siente ese ‘clic’, mantenga el contacto visual solo por un momento más largo y aleje la mirada”, agregó.
Acicalarse
Entre los gestos menos peligrosos están los que surgen naturalmente en momentos de tensión, como aquellos que buscan arreglar su apariencia. “Estos pequeños movimientos, como jugar con el cabello, las uñas o las joyas, solo se convierten en un problema cuando son una distracción para el entrevistador”, se lee en el artículo.
Sin embargo, no hay que abusar de ellos. Un reclutador en New Jersey contó a Forbes cómo descartó al tercero de tres postulantes para un puesto de ventas. “Dos de ellos estaban revisando sus folders. La tercera estaba ‘literalmente’ rompiendo las puntas de sus cabellos y tirándolas al suelo. Odio prejuzgar a la gente, pero puedo decir con seguridad que ese gesto le costó su trabajo”.