La mayoría de adolescentes entre 12 y 16 años de Lima interactúa activamente en redes sociales: 97% de ellos tiene una cuenta en Facebook; 28%, en Twitter y 16% en Google+.

De acuerdo al estudio efectuado por Quality Research y Futuro Labs, el tiempo de permanencia por cada vez que se conectan aumentó en un 35% -en promedio- este 2013 respecto al año pasado. Así, el referido segmento poblacional ingresa a redes sociales alrededor de 2.7 horas durante 3 veces al día.

¿Cómo deben aprovechar las marcas esos datos? Para el consultor en marketing Fernando Lucero, las empresas deben tener claro que el resultado de apostar por canales online se traduce en el mediano y/o largo plazo, mas “no en el ahora”.

La presencia de una marca en este tipo de entorno favorecerá la recordación y, por ende, el posicionamiento -comentó- Movistar y Claro “han evolucionado en este tema y ya tienen una alta recordación”.

Pero ¿qué implica “estar presente”? Lucero precisó que aquellas empresas también orientadas al público adolescente pueden vincular sus propias marcas con los llamados memes e imágenes, para generar un alto grado de aceptación. Nike y Adidas ya han apostado por colocar en imágenes ideas de zapatillas innovadoras, para ser compartidas en la red.

En efecto, los adolescentes prefieren aquellas marcas que ‘hablen’ en su idioma. Esto abre paso a la interacción directa o indirecta con la marca. “Ellos mismos la van a utilizar y la van a sentir parte de sí. Lo importante es que la marca interactúe en un estándar de comunicación muy similar al que ellos manejan”, sustentó el especialista.

Otra clave está en el dinamismo. Cada vez que un adolescente se conecta al mundo online quiere “encontrar algo novedoso, distinto (en cuanto a ofertas, promociones, imágenes) esa es la idea o el reto que tienen las marcas”, enfatizó.

Además, en base al referido estudio, se mantienen las preferencias por la publicidad en las redes sociales en términos generales, pues la presencia de la misma no disgusta al 42% de adolescentes. Lo intolerable para ellos es ver siempre lo mismo.

En palabras de Lucero, “las marcas cometen el error de no actualizarse constantemente, los adolescentes pueden tolerar que exista continua publicidad, pero lo que nunca van a perdonar es que la publicidad sea repetitiva”.