¿Tiene una meta para perder peso este verano? Revise estos avances en la ciencia, recogidos por el diario El Observador de Uruguay, que impulsará el logro de su objetivo.

¿Queso para no ser obeso?
Un estudio realizado en dos universidades danesas comparó muestras de orina y heces de hombres consumidores habituales de queso, manteca y leche y determinó que aquellos que consumían más queso desarrollaban un tipo de bacterias diferentes en sus intestinos. Las mismas producen un ácido graso conocido como butirato que favorece el metabolismo, el equilibrio de la grasa corporal y la prevención en el desarrollo de obesidad. Sin embargo, este ha sido un estudio a pequeña escala y los resultados deben ser aún validados.

La píldora de la saciedad.
La fexaramina es un compuesto encargado de enviar al organismo las mismas señales que se envían luego de ingerir una gran cantidad de alimentos, conduciendo a una mayor utilización de las grasas como sustrato energético y sin el aporte de las calorías que se incorporarían tras la ingesta de los mismos. Podría ser una nueva píldora.

La bacteria que elimina el apetito.
Un profesor de farmacología de la Universidad estadounidense de Vanderbilt ha diseñado una bacteria encargada de producir saciedad al liberar un lípido que desencadena esta sensación. Las pruebas experimentales en humanos recién se están comenzando a aplicar.

Vuelvan las grasas.
Un reciente estudio de la Escuela Médica de Harvard concluye que las dietas bajas en grasas no constituyen la mejor estrategia para perder peso a largo plazo. Por el contrario, lo que determina la pérdida es la cantidad de energía que se ingiere, más allá de los nutrientes de los que esta proviene, siempre y cuando se mantenga el equilibrio entre ellos.

La importancia del “cuándo” y el “cuánto”.
En la pérdida de peso es crucial cuándo se come y durante cuántas horas al día. Las pruebas en ratones muestran que aquellos que ingieren alimentos a lo largo de 8 a 9 horas al día no desarrollan obesidad ni diabetes.

La importancia de ser feliz.
Tener pensamientos y sentimientos positivos son factores que contribuyen a sentirse bien y esto puede conducir a un aumento en la motivación de las personas a la hora de llevar adelante un proceso de descenso de peso. Un estado de equilibrio emocional y de bienestar personal también son muy relevantes para no caer en excesos de cualquier tipo.

Otra pastilla.
El descubrimiento se produjo mientras se estudiaban ciertos supresores tumorales que protegen contra el cáncer. Allí se vio que un supresor conocido como PTEN, al inhibir una enzima llamada PI3K, además de proteger contra el desarrollo de tumores, logra una reducción de peso sin afectar la masa muscular ni ósea, así como ningún otro efecto adverso. No se han realizado ensayos en humanos aún, pero es cuestión de tiempo.

Los beneficios del vegetarianismo.
Un estudio realizado en un hospital en Taiwan afirma que una persona vegana o vegetariana, cuya alimentación se base en cereales integrales, frutas y verduras, logrará con mayor facilidad bajar de peso en comparación con otra cuya ingesta de productos de origen animal sea más alta.

Beber agua entre comidas.
Medio litro de agua media hora antes de comer ayudaría a llegar con menos hambre a las comidas y a controlar el tamaño de las porciones. Así lo afirman un grupo de investigadores de la Universidad de Birmingham en Reino Unido.