FOTOGALERÍA
- Estás en
- Portada
- Tendencias
Las esculturas públicas que trazan un mapa de sensaciones por el mundo
FOTOGALERÍA. La escultura, como la poesía, es un arma cargada de futuro. Y más cuando se saca de los museos, cuando su hábitat natural cambia los suelos encerados por las calles manchadas de rutina. Cuando su fuerza no se basa en la admiración erudita, sino que consigue cambiar el paso, volver la vista y conmocionar durante unos instantes. Y estas obras repartidas por todo el mundo consiguen despertar el corazón y el sistema límbico sin necesidad de más lenguaje que el del volumen.
Memorial de la Gran Hambruna (Dublín). Los muelles del río Liffey acogieron, durante las década de 1840, la masiva diáspora de los irlandeses que partían hacia Nuevo Mundo huyendo de la hambruna. Una época grabada a fuego lento en el corazón de este país y esta cultura que tiene en este icono situado en la ribera su máxima expresión artística. Una obra tan patética como realista de Rowan Gillespie en la que los cuerpos esqueléticos huyen hacia el mar con lo poco o la nada que tienen como pertenencia.